Nina Parrón Mate

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Nina Parrón Mate (1)

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12 de noviembre de 2021

NINA PARRÓN: “ES FUNDAMENTAL NO RECONOCER OFICIALMENTE AL GOBIERNO TALIBÁN EN NINGÚN FORO INTERNACIONAL PARA APOYAR A LAS AFGANAS”

LA ACTIVISTA OFRECE UNA CHARLA SOBRE LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES EN AFGANISTÁN EL DÍA 12 DE NOVIEMBRE, A LAS 19:00 HORAS, EN LA CASA-MUSEO LEÓN Y CASTILLO DE TELDE CON MOTIVO DÍA DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

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Nina Parrón Mate

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Nina Parrón Mate (1)

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La activista por los derechos humanos de las mujeres Nina Parrón Mate asegura que es fundamental que no se reconozca ni se legalice al Gobierno talibán en ningún foro internacional para apoyar de esta forma a las mujeres afganas, principales perjudicadas del regreso de este movimiento al poder de Afganistán 20 años después.

Parrón, licenciada en Antropología Social y Máster universitario en Violencia de género y políticas de Igualdad, ofrece una charla sobre la situación de recortes de derechos absolutos que viven actualmente las afganas, que tendrá lugar el día 12 de noviembre, a las 19:00 horas, en la Casa-Museo León y Castillo de Telde, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Esta activista feminista, que además fue directora insular de Igualdad de Mallorca, ya participó hace más de dos décadas en la primera campaña global que tuvo lugar tras la primera caída de Kabul, en 1996, cuando los talibanes llegaron también al Gobierno, y se hizo de forma conjunta con las propias mujeres afganas y siguiendo sus directrices. Ahora, 20 años después, los movimientos feministas hacen lo que pueden para ayudarlas, pero la situación no es la misma, asegura.

“Se dice que la historia nunca se repite aunque se parezca mucho, y es verdad, no es lo mismo, pero se parece mucho. El sufrimiento de las afganas es exactamente el mismo, pero la vez anterior fue la primera campaña global que hubo del feminismo porque englobó a todos los continentes y esta vez esta situación no se da, estamos todas diseminadas y no hay una lucha organizada”, lamenta.

Y asegura que las mujeres afganas tienen la misma necesidad de saber que se les apoya, porque después de haber hecho lo que hicieron, de haber sufrido lo que sufrieron, de las promesas de salvación de los países occidentales hace 20 años, ahora las han abandonado, explica Parrón. “Esto les ha frustrado mucho los ánimos y es mucho más bajo del que tenían hace más de dos décadas porque creyeron que la gente las iba a apoyar y han visto que ellas no eran el objetivo, que es lo que dijeron, sino que el fin era controlar un país para evitar que hubiera actos terroristas fuera de sus fronteras”, agrega.

En la actualidad hay manifestaciones de mujeres y se están organizando, pero no han pedido la ayuda que tuvieron décadas atrás, afirma. “Todas hacemos lo que podemos, pero no es una acción coordinada y de colaboración” asegura, al tiempo que aclara que es posible que se consiga dentro de un tiempo, pero que ahora mismo no sucede porque las afganas “están demasiado frustradas y decepcionadas”.

Parrón es consciente de que el foco mediático ha dejado de estar en el país tras el regreso de los talibanes y por ese motivo felicita al Servicio de Museos del Cabildo de Gran Canaria por hablar de la situación, ya que asegura que los medios de comunicación ponen el foco y en cuanto lo quitan, es como si ya no existiesen los problemas y sigue habiendo unos problemas “brutales”. Por ese motivo, para visibilizar la situación que sufren, no solo dará una charla sino que también realizará la instalación performance ‘Vivir el burka’, que podrá visitarse hasta el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

En esta propuesta, los visitantes a la Casa-Museo León y Castillo no solo podrán ver tres burkas, sino también ponérselos para que sientan en primera persona cómo es estar dentro de él. “Porque una cosa es verlo por televisión y otra cosa es estar dentro para ver lo que se ve, que es muy poco, y todo lo que esto significa”, explica. En este sentido, Parrón asegura que las mujeres afganas tienen problemas de visión porque la malla a través de la que ven, termina siendo lesiva después de mucho tiempo. Además, al poder mirar solo de frente y perder la visión periférica, sufren atropellos.

El público no solo podrá ponerse un burka, sino también caminar con él, al igual que calzarse unos patucos de fieltro porque los talibanes les prohíben usar tacones porque el sonido al caminar puede excitar a los hombres, explica. Además, habrá un espejo de cuerpo entero para que se vean dentro de esta prenda de vestir, que Parrón asegura que “te hace desapecer”, y también un ordenador portátil con cámara para que quien se pruebe el burka se saque una foto y escriba una frase para posteriormente enviarlas a las mujeres afganas como muestra de apoyo.

Y por último, está instalación también contará con una especie de habitáculo con tres sillas para que quien entre sienta lo que sienten las mujeres afganas, que no pueden mirar por las ventanas ni dejar que se las vea a través de ellas, por lo que se pintan los cristales para evitarlo. En ese espacio, los asistentes podrán leer también la larga lista de prohibiciones que tienen las mujeres, como el de trabajar fuera del hogar o estudiar, además de la obligatoriedad del uso del burka que les cubre desde la cabeza a los pies.

Absolutamente igual que hace 20 años

Pese a que los talibanes dijeron a su llegada al poder que la situación de las mujeres no iba a ser igual que hace 20 años, Parrón asegura que es exactamente igual, no ha cambiado nada. Entre las similitudes está el hecho de que no las dejan ir a clases y por ese motivo, están intentando organizarse para hacer escuelas clandestinas para que las niñas y jóvenes puedan seguir estudiando, con riesgo de represalias si las descubren. También sigue existiendo la prohibición de que un médico hombre las atienda y no dejan trabajar a mujeres médicos. Y si el régimen talibán no ha cambiado, Parrón asegura que tampoco puede cambiar otra cuestión, la de reconocerlo como Gobierno, y asegura que no se puede legalizar la colaboración internacional con los talibanes, pese a que existen los mismos intereses económicos que hace dos décadas. “En ese entonces conseguimos que ningún país lo reconociera y ahora hay que seguir insistiendo en que no se reconozca”.

Parrón asegura que los países occidentales han fracasado tras 20 años porque el objetivo que tenían no era favorecer la democracia, ni asegurar los derechos de la población, y especialmente los de las mujeres, sino que era económico y militar para impedir que siguiera exportándose terrorismo a países occidentales. Para ello inyectaron ingentes cantidades de dinero para  reforzar un ejército y para hacerlo “se aliaron con los señores de la guerra y dentro de ellos estaban los talibanes. Lo que han hecho es facilitar que estos señores de la guerra, que además son antidemocráticos y misóginos, siguieran en el Gobierno”, explica.

Un Gobierno, agrega, que además era un lavado de cara al poner a mujeres de diputadas y en cargos políticos, y que ahora “las han dejado tiradas con el peligro que supone, porque si no han podido salir están escondidas porque son el enemigo a batir”. Lamenta que el principal problema fue que los interlocutores con las potencias occidentales no haya sido el pueblo ni las organizaciones civiles, sino los señores de la guerra. “Pusieron un Gobierno tan títere que en cuanto se fueron los países occidentales, lo primero que hicieron fue irse ellos también. El compromiso con su pueblo raya al cero”, asegura.

Parrón insiste que el principal objetivo es que no se legalice al nuevo gobierno, pero también enviar dinero para ayudar a que puedan mantener escuelas o consultorios, algo ahora mismo complicado, pero que cambiará cuando se organicen nuevamente las redes de apoyo. Confía en que los afganos y afganas que pudieron salir del país van a luchar desde el exterior, pero hay que dejarles tiempo para que se recompongan los canales de ayuda que hubo hace dos décadas.

¿Y qué más puede hacer Occidente? La activista lo tiene claro, hay que trabajar en cooperación internacional en esos países, como llevan años pidiendo las ONG, para crear  estructuras democráticas y trabajar en liderazgos, porque “construir país es construir pueblo, porque sino lo único que haces es construir con los señores de la guerra”. Por eso aboga por apoyar la educación y la sanidad, y organizar líderes y lideresas. “La cooperación internacional ahora mismo se produce en aquellos países y en los sectores en los que les interesa económicamente cooperar a los países occidentales, lo que están viendo es el beneficio y eso es lo que hay que quitar”, advierte.

Trayectoria de Nina Parrón

Nina Parrón es licenciada en Antropología Social y Máster universitario en Violencia de Género y Políticas de Igualdad. Es activista feminista desde 1981, centrada en violencias machistas -es monitora de autodefensa feminista-. En 1996 fue una de las impulsoras y primera presidenta de la Plataforma por los derechos de las mujeres a raíz de la campaña de apoyo a las afganas. Entre 2000 y 2004 fue vocal de género y Derechos Humanos de la junta directiva estatal de Médicos del Mundo España. Ya en Mallorca, ha intervenido en todas las campañas feministas, y desde 2015 a 2019 ha sido directora insular de Igualdad. Actualmente sigue como activista feminista, ecologista y vecinal.